lunes, 24 de octubre de 2016

Antes de empezar


"Debería de empezar a correr", eso es algo que pensaba seguido. Miraba a amigos que compartían publicaciones en Facebook sobre sus carreras y entrenamientos. Me daban ganas de ser una persona con la condición física para poder correr varios kilómetros; pero no lograba levantarme temprano o salir a correr por las tardes. Llegué a pensar que correr no era para mi. Me gustaba hacerlo cuando jugaba deportes en equipo, como el Softball; pero de eso, a correr solo por correr, eso... me parecía aburrido.

Tiempo después, mi compadre (uno de varios que comparten sus fotos de carreras en Facebook, que hacia que me dieran ganas de correr) me comentó que iba a participar en su primer maratón. Me pidió si podía acompañarlo en bicicleta, para ayudarle con agua, además de apoyarlo durante el recorrido "echándole porras". Acepté luego luego (o sea de inmediato) porque pensé que tener ese compromiso me ayudaría a no tener pretextos a la hora de hacer algo de ejercicio, porque para poder aguantar andar en bicicleta varias horas necesitaría algo de condición física.

Para prepararme empecé a subirme a la elíptica a hacer ejercicio en las tardes. Cada vez aguantaba un poco más, aunque en el fondo sabía que quizás no era suficiente para aguantar horas en la bicicleta.

Una semana antes del maratón, donde yo iría de ciclista, salí a andar en bicicleta después de años de no subirme a una. Tomé una bajada,  todo iba bien... después una parte plana y me sentía bajo control. Siguieron unas subidas, no muy grandes; entonces mi pecho empezó a sentir que le faltaba el aire. Regresé a mi casa 15 minutos después de haber iniciado mi paseo de práctica.

Cuando regresé me sentía mal, me recosté pero no lograba sentirme mejor. Me levanté, caminé un poco y tuve que ir al baño a vomitar. Me sentí mejor físicamente (después de vomitar); pero mal emocionalmente. Me preguntaba: "¿Cómo voy a aguantar el maratón (en bicicleta) si no aguanté ni 15 minutos sin vomitar?" No quería echarme para atrás con el compromiso, de acompañar a mi compadre; aunque lo estaba considerando seriamente...